El concepto de Economía Circular nace con la idea de dejar atrás el sistema económico lineal que impera en la actualidad, con la intención de eliminar la contaminación y los residuos desde el diseño, usar los materiales al máximo de su valor por el mayor tiempo posible y promover el uso de los recursos renovables y la regeneración de los sistemas naturales.
El interés crece y crece
Da mucho gusto ver cómo cada día hay más empresas interesadas en unirse a este nuevo concepto de negocio, intentando ser un aporte en la detención del cambio climático, así como también en contribuir con el bienestar social y el comercio justo.
Se convierte en un desafío el poder capacitar a las áreas administrativas y gerenciales de las organizaciones en torno a los principios de la Economía Circular, atreviéndose a romper el esquema tradicional para comenzar a transitar por una avenida que nos conduzca hacia una economía más colaborativa, haciendo participar a todo el entorno, desde las personas que trabajan en la empresa, socios y accionistas, sin dejar a un lado a proveedores, clientes ni usuarios.
Valores como la confianza, la colaboración, la preocupación por la salud humana y la conservación de la biodiversidad toman fuerza y suenan cada vez más fuerte en la toma de decisiones de las distintas organizaciones.
¿Sólo cumplir la normativa o modelo de negocio?
Aún por estos días las empresas abordan la sostenibilidad buscando solución a las eventualidades en la medida que éstas van surgiendo, o bien, para cumplir con el mínimo exigido por la normativa, y no necesariamente como parte de la estructura de sus modelos de negocios. La invitación apunta a esforzarnos por buscar un equilibrio entre ese pensamiento reactivo – el cual nos hace encontrar respuesta rápida a los problemas que van apareciendo – con un pensamiento más creativo, el cual nos motive a innovar y a pensar sistémica y lateralmente.
¿Cuáles parecieran ser las preocupaciones más relevantes dentro de la temática de la Economía Circular?
Cumplir con las regulaciones se convierte en la principal motivación de las empresas por aplicar acciones sostenibles. A su vez, el ahorro energético mediante la reconversión a luminaria LED es una de las medidas más usadas, junto con realizar actividades de reciclaje y reducir la generación de residuos. Sin embargo, lo que nos falta es una mirada sistémica, evitando tomar medidas aisladas, para comenzar a adoptar una perspectiva relacional – logrando la identificación de múltiples componentes a la vez – junto con reconocer y valorar la interconexión de elementos que antes no parecían tener relación entre sí.
Miremos la Economía Circular desde un punto de vista sistémico
Pensar en sistemas nos lleva a darnos cuenta que los elementos esenciales de un sistema están interconectados y esa conexión es la que genera un comportamiento específico. Al intervenir una parte de un sistema, el sistema completo se ve afectado. Es imprescindible que seamos capaces de ver cada elemento como parte de un sistema, así como las consecuencias no esperadas al tomar acciones dentro del sistema.
Poco a poco comenzamos a ser capaces de crear un modelo colaborativo que va más allá de la competencia tradicional a la cual estamos acostumbrados.
El fin es lograr que cada día sean más las empresas que estén familiarizadas con los beneficios económicos, sociales y ambientales que implica el hecho de ser sostenibles. Si bien aplicar medidas circulares no asegura que tu negocio sea sostenible, podemos ver la Economía Circular como un medio para alcanzar la sostenibilidad.
Creemos que estos paradigmas han llegado para instalarse, permitiéndonos transitar hacia un nuevo modelo de negocio. Atrás quedan antiguas prácticas basadas exclusivamente en el beneficio económico para dar paso también al cuidado del medio ambiente y al bienestar social.
Escrito por: Marcela Huidobro Muñoz, Especialista en Agroindustria y Turismo
